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Entrevista por el 24 de marzo

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  Claudia, una parte de la vida en medio de un periodo aterrador de la Argentina.  “... todo está guardado en la memoria…”    Era una tarde otoñal del mes de marzo, cuando en el cálido living de su casa me recibió Claudia, entre memorias y anécdotas, ella pudo relatar sus vivencias durante la Última Dictadura Cívico-Militar Argentina, periodo en el cual su padre estuvo detenido durante seis meses.   Nos situamos en Rojas por el año 1975, una pequeña localidad del interior de la provincia de Buenos Aires, de unas 16000 personas en la totalidad del partido homónimo por aquellas épocas.    Claudia asistía a la Escuela Nacional Nicolás Avellaneda, era una de las dos hijas de un matrimonio tradicional y su vida era la de una adolescente común y corriente.  - ¿Qué recuerdos vienen a tu cabeza si pensas aproximadamente 40 años para atrás?   Eran épocas muy oscuras. La sociedad estaba dividida, había un proceso político de una presidenta que era Isabel Perón, que no tenía ningún tipo de poder,

Reseña: Inés Garland

Inés Garland es una escritora argentina, nacida en el año 1960. Se dedica mayormente a las novelas y los cuentos para un público muy amplio, adultos y niños. Además, sus producciones son traducidas a los idiomas italiano, francés, alemán y holandés. Inés también es periodista, traductora y coordinadora de talleres de literatura. En el año 2014 ganó el Premio Deutscher Jugendliteraturpreis por su novela “Piedra, papel o tijera”, siendo la primera autora latinoamericana en obtenerlo. Y en 2019, fue premiada con el XXX Premio Ala Delta de Literatura Infantil.  Tiene una forma muy amena de comunicarse con el lector, sin necesidad de que este sea una persona que suela dedicarse a leer novelas ni mucho menos. Garland propicia un clima en sus creaciones que generan la necesidad de leerlo hasta el final, e incluso de que siguiera.  Trata sobre situaciones de venganza, desamor, enamoramiento, traumas que hacen posible identificarse, en algunos casos, con lo que les sucede a los personajes de su

25 Nov. 2020 -escena de lectura-

  Marzo de 2020. Iniciaba una larga etapa (que aún no acabó) acechada por la pandemia del Covid-19. Cuando se decretó la cuarentena me invadió una total incertidumbre. Los primeros días los vivimos cual vacaciones en casa, cocinando cosas que jamás antes hubiéramos imaginado hacer, ordenando con la ayuda de Marie Kondo, reuniéndome con amigos de manera virtual, entre otras cosas, que, vale aclarar, me resultaban bastante entretenidas al principio. El aumento del número de infectados, acompañado por el de los fallecidos oscurecía el panorama y confinarse ya no significaba días de descanso y distensión, sino un acto de protección de la propia vida y de las de tus seres queridos.  Los casos de las víctimas cercanas, sus historias de vida y el dolor de los familiares nos afligían a todos.  En medio de este contexto, sumado a las dificultades económicas de subsistencia, hubo un día en que la Argentina entera sufrió por lo mismo. O al menos la gran mayoría. El 25 de noviembre de 2021 sería e

Domingo en lo de la abuela.

    Domingo lluvioso. En el pueblo siempre amerita a bajonearse. De todas formas, nos juntamos igual en lo de mi abuela Rosa a almorzar en familia. Ninguno de los Sanguinetti iba a perderse por nada del mundo los tallarines caseros con tuco, con sabor a manos de abuela y amor infinito. Además éramos conscientes, aunque nadie lo dijera, que no serían eternas estas reuniones. Al abuelo lo despedimos hace ya quince años, y de vez en cuando lagrimeamos al recordarlo. Rosita pareciera ser la más fuerte de todos, pero vemos en sus ojos la nostalgia de no tener a su marido halagando cada preparación que lleva a la mesa.      Sin poder movernos de la cantidad que habíamos comido, empezaron a irse de a poco cada uno a su casa a dormir la siesta, prácticamente un acto religioso e impostergable. Ayudé a mi abuela a ordenar y lavar todo lo que se había ensuciado. No tenía ganas de acostarme a dormir, sentía que era sumar más oscuridad a la tarde nublada. Mi abuela si se acostó.      Me quedé senta

"El mensaje del monje"- Microcuento y sus tres versiones

VERSIÓN ORIGINAL      Saldrás de la habitación del convento donde vives hace un corto tiempo. Caminarás hacia el baño cuando de repente te cruzarás a un monje nunca antes visto por ti. Te frenará y brindará un libro que será de mucha importancia en los próximos días, según lo que dirá. Quedarás desconcertada, pero lo tomarás y seguirás tu camino. A la semana siguiente decidirás abrirlo. En él descubrirás un estremecedor suceso que deberás resolver.  VERSIÓN DE TERROR      Saldrás de la habitación del convento donde vives hace un corto tiempo. Una fuerte tormenta de viento y lluvia te hará temer. Caminarás hacia el baño refregando tu cara, cuando de repente levantarás la cabeza. Verás a un monje tirado sobre una pared toda ensangrentada. Te acercarás, y sin tocarlo, distinguirás que tiene un golpe punzante en su cabeza. A poca distancia de su cuerpo habrá un libro. Lo abrirás, y leerás que escrito con sangre dice “vete ya”. VERSIÓN POLICIAL      Saldrás de la habitación del convento don

Mapa de ideas- TEMPORALIDAD

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Respuesta de Fito Páez a Moria Casán// 3

  Ciudad Autónoma de Buenos Aires   Ay, querida Moria. Te dije que tus argumentos siempre lograban persuadirme y que esta vez sinceramente no podía, pero claramente lo conseguís todo. Pone fecha y hora que nos vemos reina, ya avise a mi discográfica que iba a ausentarme por unas horas por razones de fuerza mayor y me dieron el OK, al fin y al cabo, te lo mereces después de tanta insistencia. Tu lengua karateka no da tregua eh, ni los años logran frenarla un poco. ¿Vos pensas que Rodolfo Páez cuando está casado está atado? por favor mi ciela, pareciera que todavía no me conocés. Además, si te parece, puedo ir a tu casa con Euge, mi novia, así la conoces. Me tiene enloquecido esta rubia, es una fatal maravilla. Cuando vos quieras me pegas un tubazo y estoy en la puerta de tu casa en una milésima de segundo. Por último, no me hago el interesante, no soy vueltero, ni chanta, solo me tomo mis tiempos, que con mis 58 años, ya es momento de hacerlo.   Fito Páez

Carta de Fito Páez a Campanita// 3

  Ciudad Autónoma de Buenos Aires Campanita: Sinceramente jamás en mi fucking vida me imaginé obtener este tipo de respuestas de parte de las hadas, las idealizaba totalmente distintas, por eso es que quedo perplejo y demoro tanto para responder. Te noto demasiado negada ante mi propuesta, permitirme tomarme el atrevimiento de compartirte algo importante para mi. Quiero contarte un episodio, quiero contarte un suceso de amor, quiero contarte un ejemplo de vida, quiero contarte un hecho que cambió mi cabeza para siempre. Era allá por el año 2002, yo todos los mediodías caminaba por Av. Cabildo hacia un departamento donde nos reuníamos con algunos músicos a pasar el rato, mientras tocábamos, fumábamos y reflexionábamos de lo que se nos ocurra. Cada día veía en la misma esquina a una una señora con dos hijitos. Sus caras se veían tristes, así como un domingo de invierno lluvioso, sus manos tenían tierra y su ropa también, esperando cada mísera moneda que alguien con un poco más de s